Título: El día que se perdió la cordura
Autor: Javier Castillo
Editorial: Suma
Número de páginas: 456
Primera edición: 2017
Rústica: 17,90 € / Ebook: 6,99 €
Sinopsis
Centro de Boston, 24 de diciembre, un hombre camina desnudo con la cabeza decapitada de una joven. El doctor Jenkins, director del centro psiquiátrico de la ciudad, y Stella Hyden, agente de perfiles del FBI, se adentrarán en una investigación que pondrá en juego sus vidas, su concepción de la cordura y que los llevará hasta unos sucesos fortuitos ocurridos en el misterioso pueblo de Salt Lake diecisiete años atrás.
Reseña
El día que se perdió la cordura, la primera novela de Javier Castillo.
Boston, 24 de diciembre. Un hombre completamente desnudo aparece en medio de la calle; en la mano porta la cabeza de una chica a la que han decapitado. Es internado en un centro psiquiátrico para ser evaluado antes de pasar a disposición judicial. Diecisiete años antes, en un pueblo a orillas de un lago, una familia empieza sus vacaciones de verano; lo que no saben es que sus vidas cambiarán para siempre a los pocos días. El título no es pura casualidad, y todos los personajes sufrirán las consecuencias cuando la mente altere su forma de ver las cosas. Sociedades secretas, misticismo, amor, pasión, tristeza, dolor y odio son solo algunos de los ingredientes que impedirán que abandones la lectura.
He tratado de no extenderme mucho con el resumen de la novela, ya que cada escena es crucial y enigmática y sería una pena desvelar el más mínimo detalle sobre ella. Existe un narrador omnisciente que nos guía en el periodo actual y en el pasado, haciendo saltos sin perder el hilo de la trama e intercalando historias y personajes manteniendo la tensión de cada momento. Existe, también, un segundo narrador, en primera persona y representando a uno de los protagonistas, que nos permite adentrarnos en su mente durante uno de los hechos más cruciales de la trama y entender cómo hemos llegado hasta donde estamos ahora.
Hay un juego con la mente. Vemos diferentes personalidades, algunas más estables que otras, pero que inquietan los suficientes para preguntarnos cómo, cada personaje, saldrá del atolladero.
El autor juega con nosotros y nos confunde sobremanera durante muchos capítulos, hasta que ya empezamos a atar cabos. ¿Podemos, nosotros, también perder la cordura? Es posible. El texto es muy fluido y se lee a gran velocidad. El vocabulario es apto para cualquier lector y esas escenas algo más macabras tampoco son excesivas ni tan descriptivas como para llegar a imaginárselo todo en detalle. Un buen punto son los capítulos cortos, algo que agradezco y que muchos autores ya utilizan. Esto ayuda para no perderse cuando la información es muy densa y en poco tiempo suceden muchas cosas.
En definitiva, si quieres empezar a leer a Javier Castillo, esta novela es la mejor opción para entrar en su mundo literario.
0 comentarios