Título: En agosto nos vemos
Autor: Gabriel García Márquez
Editorial: Random House
Número de páginas: 120
Primera edición: 2024
Rústica: 19,90 €
Sinopsis
Cada mes de agosto Ana Magdalena Bach toma el transbordador hasta la isla donde está enterrada su madre para visitar la tumba en la que yace. Esas visitas acaban suponiendo una irresistible invitación a convertirse en una persona distinta durante una noche al año.
Reseña
En agosto nos vemos es la última obra de Gabriel García Márquez que se ha publicado años después del fallecimiento del autor, Premio Nobel de Literatura. Hay controversia sobre si se debería de haber respetado su último deseo para con la novela, y os daré mi opinión al final de la reseña.
Cada mes de agosto, Ana Magdalena Bach viaja a la isla donde su madre pidió ser enterrada. Después de registrarse en el hotel, compra unos gladiolos y toma un taxi hasta el cementerio, donde los deposita, limpia la tumba y le cuenta a la difunta las novedades del año. Pero, en este último viaje, Ana Magdalena tiene un desliz y se acuesta con un hombre; el cual le deja, antes de irse, un billete de veinte dólares. Este chute de adrenalina, por salir de la rutina, llevará a Ana a volver cada año a la isla y buscar una nueva aventura.
La trama es corta, pero la fluidez es impecable. Te haces rápido al entorno y conoces bien a los personajes. García Márquez te los describe lo suficiente para que sepas quienes son y sus objetivos en la vida, sin entrar demasiado en cada uno.
Los capítulos son medianamente largos, pero suficientes para abarcar los escenarios y los momentos temporales. Todo está bien intercalado y no te pierdes entre nombres, lugares y espacios temporales. Ha sido, sin duda, una delicia volver a reencontrarme con el autor.
Volviendo al tema de la publicación. En el libro tenemos un prólogo de los hijos donde se nos explica su decisión, aun después de que García Márquez, poco antes de morir, pidiera que el manuscrito se destruyera, sobre guardarlo un tiempo hasta decidir qué hacer con él. También, al final, en las notas del editor, se nos explica cómo el manuscrito ya había llegado a su versión final en 2004 y que solo quedaban ciertos matices y correcciones que el autor iba añadiendo poco a poco con ayuda de su secretaria y de su editor (el mismo que ahora ha sacado adelante la novela).
Con toda esta información llegamos al momento de decidir si la obra se deberá publicar, cuando ya el autor tenía su OK final, pero en el último momento de su vida cree que no va a funcionar (aún con la aprobación de sus editores) y pide que se destruya. Creo que, como en otros casos, y no solo de escritores, sino de músicos que pidieron destruir partituras en su lecho de muerte, alguien tomó la decisión de no hacerlo y hoy tenemos obras maestras entre nosotros, la opción de los herederos por guardar y, al final, publicar el manuscrito ha sido más un regalo hacia miles y miles de lectores en todo el mundo y darle un nuevo adiós, aún más emotivo, desde que nos dejó en 2014.
No estaría tan seguro de esto si el manuscrito no hubiera sido revisado varias veces por el autor a principios de los 2000 y no hubiera dado su OK final en la versión 5 donde ya solo quedaban pequeñas correcciones.
Igualmente, si os gusta García Márquez, os invito a descubrir esta última historia que hemos tenido la oportunidad de leer diez años después.
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