Título: Ensayo sobre la ceguera
Autor: José Saramago
Editorial: Alfaguara
Número de páginas: 400
Primera edición: 1995
Rústica: 21,90 € / Ebook: 5,49
Sinopsis
Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una «ceguera blanca» que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse con lo más primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio.
Reseña
Ensayo sobre la ceguera es una novela de José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998. Cuando perdemos uno de nuestros bienes más preciados, la vista, el mundo se desmorona y el instinto más animal aflora de nuevo, por pura supervivencia.
Un hombre va conduciendo. En un semáforo, a la espera de que se ponga en verde, se queda ciego; así, de repente. Pero es una ceguera blanca, como si un foco de luz te estuviera apuntando a los ojos continuamente. El ciego fue a la consulta de su oftalmólogo y el diagnóstico fue simple: el ojo estaba sano y no había explicación científica para lo que había ocurrido. Poco más se pudo hacer, porque el médico también se quedó ciego y, más tarde, el resto de sus pacientes. El Gobierno, pensando que podría tratarse de una epidemia y que los contagios se producirían cuando uno mirase o se juntara con uno de los ciegos, decide ponerlos en cuarentena dentro de un manicomio abandonado. Allí, bajo la inmundicia, sin casi recursos y con la imposibilidad de salir bajo pena de muerte, los ciegos deberán sobrevivir como puedan, organizarse y mantener esa humanidad que, sin duda, acabará viéndose mermada.
Podría decirse que, Ensayo sobre la ceguera, es una de las novelas más famosas del autor portugués. Aunque su título puede llevar a equívoco, dando a entender que el texto tratará sobre el hecho científico de quedarse ciego, la novela, aun siendo ficción, presenta un profundo análisis sobre lo que le ocurriría a la sociedad si, de repente, todos perdiésemos el sentido de la vista; lo cual confirma que, aunque novelado, bien podría tratarse de un ensayo sobre un caso hipotético y no totalmente descabellado.
Creo que lo más extraordinario de la obra es la forma en cómo está narrada. Los diálogos no se presentan mediante rayas, para ayudar al lector a saber quién habla en cada momento. Saramago busca que nosotros también nos sintamos como los personajes ciegos y no sepamos cuál de ellos hablará en cada momento. Así, tras una coma aparecerá una letra en mayúscula que dará inicio a un nuevo diálogo. Al principio, esto nos confundirá, ya que no habrá puntos y seguidos para dar fin a las frases y estas saltarán de una a otra tras una coma, dando paso a una nueva voz de la que no sabremos nada. Además, los personajes no tendrán nombres, ya que un ciego no los necesita, sino el tono de su voz. Pero, la prosa del autor pronto nos será familiar y las palabras fluirán a través de nosotros provocando que 400 páginas pasen como un suspiro.
Venía de leer La carretera y temía que un drama de este calibre me dejara también un mal cuerpo. Por suerte, Saramago, aunque nos describe las penurias que los personajes pasan a lo largo de la trama, no se centra en la desesperación de uno solo, lo que evita que empaticemos sobremanera con cada uno de ellos. Salvo alguna escena muy concreta, sobrellevas el hecho de que no está siendo fácil la nueva vida de los protagonistas y, aunque puedes llegar a plantearte cómo sería tu vida si dejases de ver, la novela no permite tomarse esa reflexión con calma, ya que los acontecimiento se suceden rápidamente, sin tiempo a mayor reacción; pura supervivencia.
En definitiva, una obra de obligada lectura donde, a parte del drama, queda destacado que la maldad humana también está presente, aun cuando el principal objetivo sería el de reagruparnos para sobrevivir y de cómo, aun sufriendo esto último, el uso de la palabra puede ser el mejor arma para impulsar y mantener a flote la esperanza de todos.
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