Título: Llamadme Alejandra
Autora: Espido Freire
Editorial: Planeta
Número de páginas: 368
Primera edición: 2017
Rústica: 20,50 € / Ebook: 4,99 €
Sinopsis
Como si fueran figuras de ajedrez, la familia Romanov se prepara en silencio para un nuevo traslado. Alejandra, la zarina, sueña con ver a sus cuatro hijas casadas. Tras la abdicación del zar, ya no tiene grandes pretensiones para su pequeño Alexis, más allá de una vida tranquila y alejada del mundo. Echa de menos a su amigo Rasputin, el hombre que más la comprendió después de su amado Nikki. En su última morada y sin más que hacer que esperar su liberación, Alejandra satisface la curiosidad de sus hijas por su pasado. De esa manera reconstruye una vida marcada por la desgracia; pero también plena de felicidad porque el amor que se profesaron ella y Nikki, y que transmitieron a sus hijos, fue el bastión que los mantuvo unidos y fuertes hasta su trágico final.
Reseña
Llamadme Alejandra es una novela de Espido Freire galardonada con el Premio Azorín 2017. Todos conocemos el trágico final que sufrió la familia imperial rusa durante la revolución de 1917, pero ¿quién era, realmente, la emperatriz Alejandra? ¿su amor por Nicolás II era correspondido? ¿y cómo llegó Rasputín hasta la corte de los zares?
Alix de Hesse-Darmstadt, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, nació en un pequeño ducado de Alemania. Durante sus primeros años viviría rodeada por el amor de sus padres y de sus hermanos. Pero, tras la muerte de su madre y las nupcias de sus hermanas; seguida de la boda de su hermano, el heredero, Alix comenzó a sufrir la presión, sobre todo de su abuela, por encontrar un buen marido. Ya había empezado a tontear con el hijo del zar, Nicolás, y, aunque los rusos no estaban muy conformes con que este se uniera en matrimonio con un ducado menor, al final, Nicolás y Alix consiguieron estar juntos (un amor correspondido y nada habitual). La repentina muerte del zar Alejandro III provoca la coronación inmediata de Nicolas como zar y emperador y, por consiguiente, Alix toma el nombre de Alejandra y se convierte en la emperatriz de todas las Rusias. Y, es a partir de aquí, con unos jóvenes inexpertos, cuando los acontecimientos se fueron sucediendo sin control: guerras, la falta de un heredero varón, actuaciones indecorosas de la zarina, sus conexiones con la Alemania enemiga… Todo desembocará en la Gran Guerra y, en medio de esta, una revolución bolchevique que nos mostrará los rasgos más humanos de la familia imperial.
Siempre me ha interesado todo lo relacionado con los zares; tengo pendiente, incluso, una biografía de Catalina la Grande. Pero los acontecimientos ocurridos durante la Revolución Rusa de 1917 me marcaron sobremanera por la forma en que fue asesinada la familia imperial. Todo empezó, yo creo, con la película de animación de Anastasia y esa esperanza por que sobreviviera. Pero no, Nicolás, Alejandra, Olga, Tatiana, María, Anastasia y Alexis murieron en aquella casa Ipatiev, muy posiblemente de un tiro en la cabeza. Así se hace referencia en los informes, que Espido Freire incluye en la obra, de aquellos que lo perpetraron.
Dejando a un lado esto último, desde que uno comienza la novela se siente como si estuviera junto a Alejandra. Ya desde niña, con sus inquietudes sobre la vida y el amor; más tarde, en los viajes de Rusia, la vergüenza de ser cortejada por Nicolás; y, tras la boda y coronación, soportando los comentarios de su suegra y demás Romanov.
También, los momentos más familiares con sus hijas y aquellos mucho más íntimos, sufriendo por la enfermedad de Alexis, nos transportarán a las habitaciones del Palacio de Invierno y empatizaremos con su madre y su impotencia por no poder sanar a su hijo. Incluso, te apiadas cuando solo ves que la única esperanza son las oraciones de Rasputín, aquel que muchos han representado como al malo malísimo.
Una novela llena de historia, amor, dolor, diversión, música, drama, guerra, paz y un trágico final que nos permite conocer cómo era en realidad una de las mujeres más poderosas de su época. La obra me ha permitido convencerme de que aquella familia era mucho más normal de lo que muchos creían y que no se merecía lo que les sucedió.
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