Título: Blancanieves

Autores: Los hermanos Grimm

Editorial: LaOficina

Primera edición: 1812

Número de páginas: 10

Reseña

«Blancanieves y los siete enanitos» fue una de las primeras grandes producciones de Disney, que vio la luz en 1937.

En un reino muy lejano, una reina sin nombre ansiaba tener descendencia. De tanto desearlo, una niña tan blanca como la nieve, tan roja como la sangre y tan negra como el ébano nació y la llamaron Blancanieves.

La reina tenía un espejo mágico al que le preguntaba, cada cierto tiempo, quién era la mujer más hermosa de todo el reino. «Espejito, espejito sincero, ¿quién en este reino es la más hermosa?» A lo que él respondía: «Vos, mi reina, sois la más bella del reino».

Pero, Blancanieves fue creciendo y, al poco, el espejo cambió su monólogo: «Aquí dentro sois vos la más bella, reina mía, pero Blancanieves es mil veces más bella todavía».

Así, con solo siete años, Blancanieves fue acompañada al bosque por un cazador de confianza de la reina y allí, esta le pidió que matara a su hija y le trajera los pulmones y el hígado para guisarlos y comérselos. El cazador no pudo hacerlo y utilizó a un jabato en su lugar para engañar a la reina.

Blancanieves huyó al interior del bosque hasta una casita de siete enanos donde comió y se quedó dormida. Al volver los enanos y ver a la princesa, esta les contó las intenciones de su madre. Los siete enanitos le ofrecieron cobijo a cambio de ser su sirvienta; ella aceptó.

Mientras, la reina volvía a preguntar a su espejo mágico quién era la más hermosa; este continuaba diciendo que Blancanieves. Al descubrir el engaño, y saber donde se ocultaba su hija, se disfrazó de buhonera y le vendió unos cordones a la princesa. La vieja se los apretó tanto al vestido que la chica se quedó sin respiración y cayó muerta en el suelo; por suerte, los enanos la encontraron, liberaron su cintura, y Blancanieves revivió.

De nuevo, la reina fabricó un peine envenenado y se lo ofreció a Blancanieves para que lo usara en su oscuro cabello. Por segunda vez, la chica se desplomó en el suelo, muerta. Los siete enanos, al verla en aquel estado, retiraron el peine y la niña revivió.

Su madre, harta de tanto fracaso, creó una manzana muy venenosa. Esta vez, Blancanieves no se fio del todo y pidió que la mujer probara una parte de la misma. Medio fruto estaba limpio y la princesa no dudó en morder el lado equivocado; muriendo por tercera vez. Así, cuando la reina preguntó al espejo, este le prometió que ella era la más bella del reino.

Mucho tiempo después, un joven príncipe, al descubrir que los enanos tenían un féretro de cristal con la joven Blancanieves dentro, les ofreció dinero por él. Estos, al final, cedieron y el príncipe se la llevó al castillo para contemplarla. Un día, uno de los sirvientes que la transportaba tropezó, Blancanieves se cayó y el trozo de manzana que estaba atascado en su garganta salió; reviviéndola.

Durante la boda entre ambos, la madre de Blancanieves fue invitada al castillo y obligada a ponerse unas zapatillas de hierro hirviendo. Murió mientras bailaba con ellas.

Lo más destacado de la versión original es el cambio de madre a madrastra en las publicaciones posteriores de los Grimm y de Disney. La figura de la madre debía ser protegida por las familias burguesas y se decidió por convertir a las madrastras en los seres malvados; incluso con poderes mágicos oscuros capaces de hacer daño a las hijastras con las que competían.

También resalta el hecho de que Blancanieves fuese asesinada dos veces, antes de la conocida manzana envenenada; esto podría atribuirse a sus siete años. También, la forma de revivir se aleja del primer beso de amor verdadero que rompe todas las maldiciones.

Por último, la muerte de la madre es un tanto macabra: obligada a quemarse los pies con hierro hirviendo.