Título: Historia universal de la infamia
Autor: Jorge Luis Borges
Editorial: DEBOLSILLO
Primera edición: 1935
Número de páginas: 144
Rústica: 9,95 € / Ebook: 8,99 €
Sinopsis
En este primer libro de ficción, Borges trabaja con biografías de ladrones y rufianes; personajes traidores y a veces también heroicos. Aquí están, entre otros, Lazarus Morell, redentor de esclavos, Tom Castro, hijo apócrifo y tolerante, y la viuda Ching, hábil en el saqueo en altamar. Cuentos que juegan a falsear y tergiversar historias ajenas. Le siguen «Hombre de la esquina rosada», uno de sus relatos más celebrados, y «Etcétera», un testimonio de sus incontables lecturas: «A veces creo que los buenos lectores son cisnes aún más tenebrosos y singulares que los buenos autores».
Reseña
«Historia universal de la infamia» se trata de una recopilación de historias ficticias que Jorge Luis Borges publicó en 1935.
Los relatos, de unas pocas páginas cada uno, tratan —de forma muy escueta— las vidas de determinados personajes que bien podrían definirse como ladrones, estafadores o que buscan un conflicto con alguien.
Desde el lejano oeste de EE. UU., pasando por Australia, el Japón, Persia o Inglaterra descubriremos sus vidas y todo lo que llegaron a hacer para que la historia los recuerde. Un liberador de esclavos que sacaba beneficio con ello; un pistolero que mataba a placer; una viuda china y pirata que se dedicaba al saqueo; un líder de bandas (tipo gánster) en el antiguo Nuevo York; un mesías estafador en el lejano oriente; un usurpador de identidad dentro de la aristocracia británica; y hasta un samurái y la venganza de sus generales tras su muerte.
Borges también incluye pequeños relatos referentes a obras como «Las mil y una noches» y otros textos relacionados con el mundo árabe.
Cada relato está dividido en pequeños capítulos —con un título cada uno— tratando de diferenciar situación, época o personajes. Es una forma amena y fluida de avanzar en la historia y no perderse, ya que descubrimos la vida de los protagonistas en muy poco tiempo y tanta información podría llegar a confundir al lector.
El autor utiliza narradores tanto en primera como en tercera persona. El vocabulario es bastante sencillo y apto para cualquier lector.
Sí es cierto que el relato «Hombre de la esquina rosada» me ha costado leerlo al utilizar una jerga más común para determinadas zonas de habla hispana, pero no en países como España. También algunos extractos de «Etcétera» son algo menos fluidos (salvando el titulado «El brujo postergado», mi favorito, que incluye moraleja). Las historias biográficas, para mí, son las mejores.
NOTA: 8/10
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