Título: Olvidado rey Gudú
Autora: Ana María Matute
Editorial: Destino / Booket
Número de páginas: 960
Primera edición: 1996
Rústica: 13,95 € / E-book: 5,99 €
Sinopsis
Olvidado Rey Gudú es una de las grandes novelas de este siglo. Repleta de fábulas y fantasías, narra el nacimiento y la expansión del Reino de Olar, con una trama llena de personajes, aventuras y de un paisaje simbólico: el misterioso Norte, la inhóspita estepa del Este y el Sur, rico y exuberante, que limitan la expansión del Reino de Olar, en cuyo destino participan la astucia de una niña sureña, la magia de un viejo hechicero y las reglas del juego de una criatura del subsuelo.
Tejida de realidad y leyenda, de pasado y presente, Olvidado Rey Gudú constituye también una gran metáfora del alma humana y su historia, alentada por los deseos y las inquietudes que desvelan al ser humano desde hace siglos.
Reseña
Olvidado rey Gudú es una de las novelas más reconocidas de Ana María Matute que, sin haber sido galardonada con ningún premio, devolvió a la escritora al mundo literario tras una larga depresión. Una trama que tardó casi veinte años en terminar y que representa una diversidad dentro del género fantástico donde vemos representadas obras como Juego de Tronos, la Tierra Media y multitud de fábulas como la Bella durmiente.
El conde de Olar lleva mucho tiempo al servicio de un rey, en occidente, del que nadie sabe nada. Alrededor de la torre donde vive, diversas tierras enemigas tratan de conquistarlo y los asesinatos están a la orden del día. Pero llegó un tiempo en que aquel rey se olvidó de esas tierras tan lejanas y Olar se convirtió en un nuevo reino, renombrado con su mismo nombre. A lo largo de diversas dinastías, los hijos y nietos de Olar, Sikrosio y Volodioso, iniciaron una y mil guerras que provocaron la expansión del reino. Pero sería en una de aquellas contiendas donde una princesa, junto a un hechicero y un trasgo, planificaría su venganza contra el reino de Olar y lanzaría una maldición a su futuro rey: ser incapaz de amar.
La novela es, sin lugar a duda, una saga inmensa y muy bien desarrollada sobre el reino de Olar y todas las criaturas que allí lo habitan. Desde los enemigos que rodeaban el antiguo condado, hasta los trasgos bajo la tierra, las sirenas del lago o los piratas en la isla de Leonia.
Y bajo toda esa gran capa de magia y fantasía, una lucha por el poder se cierne en la dinastía de Olar, pues sus reyes llenan la tierra de bastardos que se traicionan unos a otros. Y aunque la reina Ardid trata de mantener el orden, sin la compasión de su propio hijo, Gudú, muchos tendrán un fatídico final.
Pero, aun siendo una mezcla entre novelas de caballerías y fantasía, existe un trasfondo más humano: el tema de la muerte está muy presente; el «jugar a no volver» y los eternos, representados como niños, juegan y juegan en las diferentes etapas de la infancia y la madurez, hasta que les ha llegado la hora de partir. Y, por supuesto, aunque Gudú no tenga la capacidad de amar, el amor es harto protagonista en esta obra, ya sea un romance carnal, una buena relación entre hermanos o, simplemente, uno pasajero. La tristeza por haberlo perdido o por no haberlo tenido nunca, son también emociones que la autora describe con mucha profundidad.
Y hay, así mismo, un matiz especial, descrito como la contaminación humana; aquella que acaba con la pureza de todo ser mágico o especial que compone el mundo. Un lugar que no se sabe si es en la Tierra, en alguna época muy lejana o un sitio totalmente inventado, ya que incluye elementos de nuestro tiempo, como la religión cristiana, que pasa desapercibida para Gudú, sin entender bien para qué sirve.
En definitiva, con una narrativa impecable, tonos medievales y diversas tramas muy desarrolladas convergerán en la vida de Gudú, rey, y su inquietante destino.
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