Título: Fiesta al noroeste
Autora: Ana María Matute
Editorial: Austral
Número de páginas: 128
Primera edición: 1952
Rústica: 6,95 € / Ebook: 2,99 €
Sinopsis
Dingo el titiritero, que se dirige hacia el lugar del que huyó hace años, Artámila Baja, una aldea mísera de un rocoso valle. Es la noche de carnaval y llueve en el hondo valle de gentes que no conocen otra fiesta que la del Noroeste. El carro del titiritero ha caminado por accidente sobre el cuerpo de un niño. Dingo acudirá al que es ahora amo del pueblo, Juan Medinao, quien iniciará un implacable recorrido por la memoria.
Reseña
Fiesta al noroeste es una novela corta escrita por Ana María Matute y galardonada con el Premio Café Gijón 1952.
Dingo, un titiritero, ha vuelto a su pueblo natal tras fugarse hace cuarenta años para dedicarse a la interpretación. Viaja en un carromato junto a un ayudante mudo, varios perros y diez máscaras que representan a diez personajes diferentes. La mala suerte provoca que su carromato se despeñe y acabe con la vida de un niño que pasaba por allí. Ya preso, Dingo reclama a los guardias que Juan Medinao, un amigo de su infancia, se presente allí para ayudarlo. Y es aquí cuando descubrimos la vida de Juan Niño, hijo de Juan Padre y nieto de Juan Abuelo. Los Juanes eran los amos de aquellas tierras y todo el pueblo trabajaba para ellos. Será en este reencuentro cuando se rememorarán los hechos acontecidos en el pasado, desde que Juan Niño sufría las burlas de los demás y de cómo Dingo, el hijo del guardabosques, le prometió una vida lejos de las zurras de su padre y que, luego, le traicionó.
Con una narrativa impecable y que rebosa sentimientos, Ana María Matute nos describe un pueblo cualquiera, seguramente una representación de aquella España de postguerra, atrasada aún, con amos y campesinos, sin posibilidad de salir de ese bucle y viviendo en las peores condiciones.
La novela muestra las dos caras de la moneda: el niño que busca salir del pueblo y ver mundo; ser el dueño de su propio destino. Por contra, aunque con los mismos sueños, también está aquel que seguirá el linaje de su familia, se quedará en la gran casa y gestionará las tierras sintiéndose poderoso, aunque no haya terminado ni el colegio.
Parece como si la propia autora hubiera vivido lo que acontece en cada uno de los capítulos. O quizá es una forma de describir la irá y el dolor por aquella guerra y aquella postguerra que vivió, realzando la rabia hacia aquellos que no soportaba ver o que tenían más de lo que otros podrían llegar a conseguir.
Quiero pensar que es solo ficción, pero como en muchas otras historias de Matute, la realidad llega a superarse. Igualmente, como he dicho, la calidad narrativa lleva a disfrutar de la literatura en estado puro; a cerrar los ojos y sentir cada palabra, cada pensamiento, cada sentimiento de unos personajes que solo han conocido el sufrimiento, la rabia y la desesperanza.
0 comentarios