Título: Las luces de septiembre
Autor: Carlos Ruiz Zafón
Editorial: Planeta
Primera edición: 1995
Número de páginas: 256
Rústica: 17,00 € / Ebook: 5,99 €
Sinopsis
Un misterioso fabricante de juguetes vive recluido en una mansión gigantesca poblada de seres mecánicos y sombras del pasado.
Un enigma en torno a las extrañas luces que brillan entre la niebla que rodea el islote del faro. Una criatura de pesadilla que se oculta en la profundidad del bosque. Estos y otros elementos tejen la trama del misterio que unirá a Irene e Ismael para siempre durante un mágico verano en Bahía Azul.
Reseña
«Las luces de septiembre» es la tercera novela de Carlos Ruiz Zafón y culmina la llamada «Trilogía de la niebla» que él mismo quiso ver, algún día, recogida en un único volumen.
La historia transcurre en un pequeño pueblo costero de Normandía, pocos años antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Una familia se ve obligada a aceptar un empleo en la mansión de un fabricante de juguetes para poder hacer frente a las deudas que los acompañan. Un misterioso faro, en medio del mar, acoge una angustiosa historia sobre la muerte de una mujer junto a sus frías aguas; el cuerpo de una adolescente aparece, sin vida, en las inmediaciones de la casa del juguetero; y sombras del pasado, acechando todos y cada uno de los movimientos de los protagonistas, desembocarán en una serie de sucesos que despertarán un oscuro recuerdo en busca de venganza.
La novela es contada por un narrador omnisciente, en tercera persona, que nos acompaña a lo largo de casi toda la trama. Al principio y al final de esta, cartas entre personajes protagonistas, ya adultos, toman el relevo y utilizan la primera persona para recordar los hechos que sucedieron en el pasado.
El tono continúa derivando en un halo de misterio que atrapa al lector y no lo suelta hasta haber llegado al final. La convergencia entre la novela negra y la fantasía casan muy bien en esta historia y, siguiendo el camino del resto de la trilogía, no rompe con el ambiente que el autor trata de reflejar tras cada una de sus palabras.
La lectura es fluida —mucho más, si cabe, respecto a las novelas anteriores— y utiliza un vocabulario apto para cualquier tipo de lector.
Es destacable los diversos símiles que el autor realiza con las estructuras de las catedrales para explicar cómo son determinados escenarios.
En definitiva, el fin de la trilogía marca un antes y un después en el desarrollo de Carlos Ruiz Zafón como escritor e invita al lector a descubrir el resto de sus increíbles historias.
NOTA: 8,5/10
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